domingo, 21 de abril de 2013

Una caja de sorpresas




Una de las primeras sorpresas que se llevaron los científicos al estudiar el Genoma humano, es que la especie sólo posee 30.000 genes; cuando se había dado por hecho de que este número era muy superior. 
Se esperaba un número más próximo a la cantidad de proteínas diferentes que nuestras células pueden sintetizar, aproximadamente 100.000.
Puede parecer que nuestro genoma es más sencillo, pero sorprendentemente, ocurre todo lo contrario: un gen no contiene las instrucciones para fabricar una proteína, sino que puede fabricar varias, regulando la expresión de su secuencia.
De los 30.000 genes que tenemos, sólo el 0.01% difiere de una persona a otra.

Los científicos creen que los rasgos físicos externos corresponden a sólo el 0,01% de los genes.
Los investigadores que han completado la secuencia del genoma humano sostienen que el de raza es un concepto social pero no científico. Hay una sola raza, la humana.
Los rasgos diferenciales externos son procesos de adaptación al medio que se explican por un número pequeñísimo de genes. 
Los científicos afirman que las categorías raciales reconocidas por la sociedad no se reflejan en el plano genético. Cuanto más examinan el genoma humano,  más se convence la mayoría de ellos de que distinguir a las personas por su raza tienen muy poco o ningún significado científico.
Aunque pueda parecer fácil decir a simple vista si una persona es caucásica, africana o asiática, la facilidad desaparece cuando se comprueban características internas y se rastrea el genoma del ADN en busca de signos relacionados con la raza. 
Todos hemos evolucionado en los últimos 100.000 años a partir del mismo antepasado que emigró desde África y colonizó el mundo. 

1 comentario:

  1. Suficientemente bien. Es cierto que en clase no hemos profundizado sobre este tema que daría para escribir libros.

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