lunes, 4 de febrero de 2013

CÁNCER

El cáncer es una enfermedad que aparece cuando un grupo de células del organismo se multiplican  sin control. En general tiende a llevar a la muerte a la persona afectada, si no se somete a un tratamiento adecuado.
En un organismo sano las células se reponen a una velocidad tal que se produce una célula nueva por cada célula que muere, para que ni falte ni sobre ninguna. Sin embargo, a veces  el comportamiento de algunas células  escapan  al control de su función original, perdiendo sus capacidades reproductoras primitivas y volviéndose embrionarias: una única célula, se divide numerosas veces para originar primero dos células, luego cuatro, ocho, etc....pero sin diferenciarse en tejidos (como ocurre en el proceso de formación del feto).



Este crecimiento desenfrenado de células da lugar a un tumor, que puede ser benigno o maligno.
La diferencia entre tumores benignos y malignos consisten en que los primeros son de crecimiento lento, no se propagan a otros tejidos y rara vez reaparecen  tras ser extirpados, mientras que los segundos son de crecimiento rápido, se propagan a otros tejidos, reaparecen con frecuencia tras ser extirpados y provocan la muerte en un periodo variable de tiempo, si no se realiza tratamiento. 
Los tumores benignos pueden recurrir  en ciertos casos, pero no suelen dar metástasis, ni matar al portador. Las células normales al entrar en contacto con las células vecinas inhiben su multiplicación, pero las células malignas no tienen este freno; finalmente rompen el confinamiento del órgano donde se encuentra y consigue meterse en los vasos sanguíneos y se expanden por el resto del cuerpo, produciendo metástasis.
Un fibroadenoma, es un tumor benigno de la mama; el maligno se llama carcinoma (cáncer de mama)
Dicen las estadísticas que una de cada tres personas desarrollará un cáncer en algún momento de su vida.
El cáncer es la segunda causa principal de muerte, detrás de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, los fallecimientos por estas últimas están disminuyendo, mientras que las muertes por cáncer están aumentando. Se estima que a lo largo del siglo XXI el cáncer será la principal causa de muerte en los países desarrollados. A pesar de esto, se ha producido un aumento en la supervivencia de los pacientes con cáncer. Gracias a los sistemas de detección precoz y a la mejora en los tratamientos.
Cuando se diagnostican algunos tipos de cáncer con mucha frecuencia, se utilizan los cribados de la población, registros de cáncer, los cuales se ocupan de recoger  la información necesaria para obtener datos del cáncer y estudiar su distribución por edad, sexo, características tumorales, evolución...para generalizar la prevención en determinados grupos de personas. Por ejemplo: mamografías en mujeres mayores de 50, citologías una vez al año para todas la mujeres, analisis de próstata en hombres mayores de 50...
La prevención consigue controlar la incidencia del cáncer, pero ¿qué ocurre con los restantes tipos de cáncer que no tienen una prueba especifica para detectarlos? Pues que habrá que observar los cambios repentinos en nuestra salud y que puedan llevar a preocuparnos; y dejarnos llevar por nuestra intuición.
El cáncer es silencioso en sus primeras etapas. Un tipo de cáncer especialmente silencioso y mortal es el melanoma; por lo que es aconsejable protegerse de los rayos UVA y observar cualquier variación en lunares, manchas y verrugas.






Causas del cáncer
No se sabe de una causa única y específica, pero se conocen muchos factores de riesgo que precipitan su aparición o predisponen a ella. El principal factor de riesgo es la edad o el envejecimiento, ya que dos terceras partes de todos los casos de cáncer ocurren a mayor edad.
Bacterias, virus y tóxicos químicos fueron los primeros causantes identificados
Otros factores de riesgo son:  el tabaquismo, la dieta, el sedentarismo físico, la exposición solar y otros estilos de vida.
El cáncer no es una enfermedad de causa única, sino más bien como el resultado final de varias circunstancias al mismo tiempo:

  •  poseer ciertas mutaciones cancerosas congénitas
  • estar en contacto con agentes cancerígenos, como radiaciones ionizantes: son luces con mucha energía, que cargan eléctricamente a la materia, y al cargarla pueden producir mutaciones. Es obvio que se deben evitar todo lo posible las exposiciones a  radiaciones ionizantes como lo son los rayos UVA, rayos X, rayos gamma; que son acumulativas (cáncer de piel)
  • estar en contacto con radiaciones radiactivas, son también radiaciones ionizantes desprendidas por átomos radiactivos que son capaces de transformarse (producen Leucemia)
  • tomar sustancias cancerígenas; como el tabaco (cáncer de pulmón). La mezcla de tabaco y alcohol es aún más peligrosa. Los aditivos alimentarios son extremadamente peligrosos, lo mejor es evitarlos.
  • padecer algunas infecciones víricas que pueden acabar en cáncer  como el virus de la hepatitis B, que se relaciona con el cáncer de hígado, o el virus del herpes genital y el del papiloma humano relacionados con el cáncer de útero.
Aunque los sistemas de detección precoz y la mejora de los tratamientos han disminuido la tasa de mortalidad en muchos cánceres, cada año aumenta el número de nuevos casos, y seguirá aumentando, debido al aumento y envejecimiento de la población.



Tratamiento
El tratamiento del cáncer ha mejorado mucho en el s. XX.
Actualmente, el tratamiento es específico para cada diferente fase de la enfermedad, según el tipo de cáncer y  según el paciente (tratamiento personalizado). Algunos tipos de cáncer requieren la combinación de cirugía, radiación y quimioterapia.


Si el cáncer está confinado a un sólo lugar y no se ha diseminado, el método de tratamiento más común es la cirugía, consiste en eliminar el tumor mediante intervención quirúrgica. Es el tratamiento principal para el cáncer de útero, de mama, de pulmón...Se utiliza para tumores detectados de manera precoz.
La detección precoz ha mejorado gracias a la tecnología médica, como las técnicas de imagen (rayos X, ecografía, escaner, resonancia magnética...)

Si el tumor se ha diseminado, algunas veces también se puede extirpar.
Si todo el cáncer no se puede extirpar totalmente por medio de cirugía, las opciones de tratamiento son: radioterapia, quimioterapia o ambas. 
La radioterapia consiste en utilizar dosis altas de radiación al tumor para destruirlo.


La radioterapia se utiliza como tratamiento hace ya más de un siglo, cuando en 1898 el matrimonio  Marie y Pierre Curie descubrió el radio. Desde entonces la radioterapia  ha evolucionado mucho, cuando se supo que el radio era demasiado peligroso, se recurrió a otras fuentes radiactivas, como el cobalto o el cesio.
Además estaba el problema de conseguir que la radiación combatiera los tumores sin perjudicar el resto de tejido sano del paciente. La solución  fue la aparición en 1953 del acelerador lineal: un aparato que emite finos haces de radiaciones que penetran en áreas profundas sin dañar la piel ni los tejidos cercanos, un gran  paso que ha dado la ciencia en este terreno.







La quimioterapia es el tratamiento del cáncer mediante el uso de sustancias químicas que actúan  especialmente destruyendo las células que se dividen rápidamente, una de las propiedades principales de la mayoría de las células de cáncer. Esto significa que la quimioterapia también puede afectar células que se dividen rápidamente bajo circunstancias normales: piel, pelo, mucosa,  la médula ósea (donde se forman las células de la sangre); por lo que resulta que los efectos secundarios más comunes de la quimioterapia eran: disminución de la producción de células sanguíneas, inflamación del revestimiento del tracto digestivo, y alopecia (pérdida de cabello).


Los medicamentos más nuevos contra el cáncer, los interferones, son proteínas producidas por el propio cuerpo ante ciertas enfermedades, que actúan directamente contra las proteínas anormales en las células cancerígenas. 
Los interferones se obtienen de bacterias manipuladas por ingeniería genética. Estimulan las defensas del cuerpo e impiden la división celular;  esto se denomina terapia dirigida y se utiliza contra la leucemia, el melanoma maligno y el sarcoma de Kaposi.
Aunque la cura total no sea posible por ahora, la enfermedad comienza a estar bajo control.



No hay comentarios:

Publicar un comentario