lunes, 21 de enero de 2013

SIDA



En 1981, en San Francisco (EEUU), aparece un tipo de neumonía muy rara que afecta a 5 pacientes varones. Esta rara enfermedad  llama la atención de los médicos. La mayoría de estos pacientes eran hombres homosexuales, los cuales también sufrían de otras enfermedades crónicas que más tarde se identificaron como infecciones oportunistas.

Por la aparición de unas manchas de color rosáceo en el cuerpo de los infectados, se comenzó a llamar al SIDA, la «peste rosa», atribuyéndola a los homosexuales, aunque pronto se advirtió que también la padecían inmigrantes  en Estados Unidos, los usuarios de drogas inyectables , los receptores de transfusiones sanguíneas y los hemofílicos; es decir, personas de todas las edades, de ambos sexos y de cualquier orientación sexual.

Se sospecha que era producido por un virus y que se transmitía por sangre o por vía sexual, y que produce un déficit inmunitario.
La nueva enfermedad fue bautizada  con el nombre de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA); es una enfermedad  que afecta a las personas que han sido infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Se dice que alguien padece SIDA cuando su organismo, debido a la inmunodeficiencia provocada por el VIH, no es capaz de ofrecer una respuesta inmune adecuada contra las infecciones.
En 1984 dos investigadores: el francés Luc Montagnier  y el norteamericano Robert Gallo, por separado, logran aislar el virus que provoca el sida, el VIH, que anula el sistema inmunitario al destruir un tipo de glóbulos  blancos de la sangre, lo que da paso a infecciones oportunistas como hongos, tuberculosis, neumonías, cierto tipos de cáncer...

El descubrimiento del virus permitió el desarrollo de un anticuerpo, e 
identificar a los infectados. También permitió empezar investigaciones sobre posibles tratamientos y una vacuna.



HIV-budding-Color.jpg



El virus surgió hace miles de años, era un virus propio de una especie de mono africano, que pasó al ser humano al alimentarse de carne de chimpancé, y en la nueva especie se ha adaptado y reproducido.





El virus del sida comienza a manifestarse semanas después de la infección, con una sintomatología parecida a  un proceso gripal.

Normalmente, el sistema inmunitario ataca cualquier virus con  los glóbulos blancos, pero desafortunadamente el virus del sida  ataca específicamente a los glóbulos blancos, y cuando es atacado por éstos se oculta dentro de ellos. Una vez dentro,  el virus  incorpora su  material genético al del glóbulo blanco y lo utiliza para replicarse y  hacer copias de sí mismo, aunque no se manifieste. Cuando las nuevas copias del virus salen de los glóbulos blancos infectados, buscan a otro glóbulo  para atacarlo.
Una persona infectada puede permanecer sana entre 5 y 15 años. Se dice que es portadora del virus,  seropositiva (se puede decir que toda persona con SIDA es seropositiva, pero no todos los seropositivos tienen el SIDA).





Paulatinamente el virus va destruyendo  glóbulos blancos, hasta que llega un momento que son tantos los glóbulos infectados que la persona sufre de inmunodeficiencia y no es capaz  de defenderse de  infecciones "inofensivas" que una persona sana sería capaz de afrontar, estas enfermedades son principalmente infecciones oportunistas, como: tuberculosis, neumonías, infecciones por hongos, ciertos tipos de cáncer...



El VIH se transmite a través de los  fluidos corporales: sangre, semen, fluidos vaginales y leche materna.; por los que el contagio se puede producir:

1º por relaciones sexuales, 
2º por la relación materno-filial durante el embarazo, y 
3º por medio de contacto con sangre contaminada (transfusiones, jeringuillas)
Así que la mejor forma de prevenirlo es mantener relaciones sexuales con preservativos, no reutilizar  ni compartir jeringuillas, controlar el embarazo, el parto y la lactancia, no intercambiar útiles de aseo personal como cuchillas o cepillos de dientes.
El remedio contra el VIH sería la vacuna, aunque aún tardará en llegar ya que el virus muta con frecuencia.




Actualmente no existe cura para el SIDA, es una enfermedad incurable. Una vez que la persona se ha infectado de VIH, no hay quien la cure. Lo que es cierto, es que afortunadamente, sobre todo en los países desarrollados, la mortalidad ha disminuido mucho; se dispone de medicamentos que frenan la reproducción del VIH: antirretrovirales AZT, inhibidores de la proteasa; cócteles de medicamentos para mantener a estas personas con vida,  y puedan llevar una vida normal logrando que la infección  se convierta en una enfermedad crónica, pero no mortal. Si una persona infectada no recibe ningún tipo de tratamiento, lo normal es que en 6 ó 10 años se le desarrolle el SIDA y fallezca. Si recibe tratamiento, puede no desarrollar las infecciones oportunistas características del SIDA.


En los países occidentales el índice de infección con VIH ha disminuido ligeramente debido a la adopción de prácticas de sexo seguro y a la  distribución gratuita de jeringas y campañas para educar a los usuarios de drogas inyectables acerca del peligro de compartir las jeringas.
En países subdesarrollados, en particular en África, las malas condiciones económicas y la falta de educación sexual, dan como resultado un altísimo índice de infección. 


     



El desarrollo de la enfermedad se produce de forma distinta en los países ricos que en los pobres; en los primeros, los enfermos pueden acceder  al tratamiento, mientras que los segundos no pueden costearse los fármacos. Es por ello, por lo que se demanda un esfuerzo de solidaridad por parte de compañías y gobiernos, hacia los países pobres, para que puedan disponer de fármacos a precios asequibles.

Estos fármacos tienen un elevado  coste motivado por los gastos de investigaciones que han desarrollado las grandes industrias farmacéuticas. Gracias a ellas, en los países desarrollados, se puede decir que el SIDA se ha convertido en una enfermedad crónica, incurable pero que  ha dejado de ser mortal.



La tragedia es en los países pobres, especialmente  Africa, que no tienen medios económicos para sufragar unos gastos tan importantes: el 70% de los enfermos de SIDA reside en el África Subsahariana.

Recientemente algunas farmacéuticas en países como La India, Brasil, Thailandia producen medicamentos genéricos más baratos, permitiendo que lleguen a más enfermos. 













No hay comentarios:

Publicar un comentario